La muñeca que daba besos

A Esther le regalaron una muñeca de trapo. Era una muñeca muy especial. Solo tenías que tocarle el ombligo para llenarte de besitos. Se la llevaba al cole todos los días. Habían besos para todos. Por ejemplo mathías con su carácter malhumorado le gustaba el beso azucarado. Le cambiaba rápidamente el carácter. Pero a pablo le gustaban los besos de café porque evitaba que se quedara dormido.
Era muy peculiar esta muñeca de Esther. Todos la querían tener.

El niño que no podia jugar como los demás

Andrés  era un niño que no podia jugar. Pero...¿que le pasa a Andrés? decían sus amigos. Anda ven!

Tenía una sonrisa de las que no pueden pasar desapercibidas, mirada dulce y fija. Laurita siempre le animaba para que jugara en el parque, pero no había manera. 

La mamá de Andrés lo llevaba todos los dias allí. Un dia laurita tuvo una idea....le colocó un lápiz de color en sus deditos atado a un hilito. Disimuladamene se colocó a las espaldas de Andrés y tiraba para si proporcionándole movimiento en sus deditos. Para sorpresa de su madre Andrés aprendió a colorear. Dibujó un mar azul con estrellas plateadas.

A partir de aquel día Andrés estaba radiante de alegría.